Cuaresma
Parábola del Buen Samaritano
II Unidad
"Dios es amor"
Dios nos creó por amor
III Unidad
"Somos hermanos"
Recuerda quién eres...
"Somos hermanos"
Recuerda quién eres...
Somos hermanos
Padre Hurtado
Canción al Padre Hurtado
Himno del Padre Hurtado
Virgen del Carmen
Lobo, Mirlo y el Sapo
Lobo, Mirlo y Sapo eran muy buenos amigos. Cuando se encontraron después del terrible huracán, no sabían qué camino tomar, pero tenían claro que no querían volver a separarse.
—Vamos a hablarlo —dijo Lobo, mientras tomaba asiento al lado de un grueso tronco.—Yo preferiría ir a la montaña, porque me gusta el frío y la nieve.
—Yo preferiría ir al río, porque me encanta nadar y bucear entre las hiedras —dijo Sapo.
—Pues yo preferiría ir a un bosque lleno de árboles, porque me gusta cantar escondido entre las hojas y hacer mi nido entre las ramas —dijo Mirlo.
—Tendremos que ceder en algo si lo que queremos es permanecer juntos —volvió a hablar Lobo.
Todos callaron unos minutos reflexionando.
A Lobo no le gustaba el agua, por eso, descartó enseguida el río; pero podría intentar adaptarse a vivir en la arboleda con tal de no perder a sus amigos.
Sapo descartó rápidamente ir a vivir a la montaña; allí vivía la culebra a la que temía tanto, pero podría vivir entre los árboles siempre que fuera junto a sus buenos amigos.
Mirlo pensó que quizás podría adaptarse a vivir en la montaña, y aunque el agua no le hacía mucha gracia podría hacer un esfuerzo para vivir cerca del río y hacer su nido en un alto arbusto.
Los tres hablaban entre ellos para hallar una solución y no tener que separarse.
—¡Eh, amigos! —escucharon que decían.
—¡Sí! Es a ustedes —les dijo un gran oso
— perdonen si me meto donde no me llaman, pero los escuché hablando y… ¡Yo sé de un lugar donde los tres serían muy felices!. Donde yo vivo, paseo por la montaña con mis amigos osos y seguro que a Lobo le gustaría. Hay árboles frondosos y altos con fuertes ramas, allí Mirlo podría hacer su nido, y cerca de mi cueva pasa un río de aguas transparentes donde apago mi sed, y Sapo podría nadar y jugar cuanto quisiera.
Todos se pusieron muy contentos. Gracias a Oso encontraron un lugar precioso para vivir.
Ninguno tuvo que renunciar a su modo de vida, aunque estaban dispuestos a ello por mantenerse unidos y, además, hicieron un nuevo amigo.
Piensa y contesta:
1. ¿Cuál era el problema que tenían estos tres amigos?
2. ¿Qué te parece la actitud de estos amigos cuando estaban buscando una solución a su problema?
3. ¿En qué se nota que eran buenos amigos?
4. ¿Te ha pasado una situación parecida con tus amigos? ¿en qué has tenido que ceder?
Jesús también eligió a sus amigos
Mes de María
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